jueves, 4 de enero de 2018

ELECCIONES: LUCHA POR EL PODER.

Escuche en un noticiero de tv como Eduardo Manuel Trujillo Trujillo, delegado del INE en Tamaulipas, explica su visión de un proceso electoral: es un lucha por el poder, asienta como una forma de explicar que los partidos políticos sometan a presión a los órganos electorales, tal y como sucede –por ejemplo-, con el PES que de manera reiterada pide que el INE atraiga la elección local en virtud, obvio, de los desencuentros en que han incurrido los Consejeros del IETAM.


Efectivamente, la lucha por el poder se da todos los días, los partidos políticos, los grupos de presión, los líderes y funcionarios, ven y actúan en función a esa premisa: unos quieren obtener el poder, otros conservarlos y, unos más, quieren más y más, como unos megalómanos. Y es entendible que, en los procesos electorales, los actores o protagonistas desarrollan presiones y acciones con miras a obtener ventajas.


IETAM Y TRIELTAM.
No es casualidad, digamos, lo que ha sucedido con los órganos electorales en Tamaulipas: primero Marcia Laura Garza Robles, actuando como Magistrada Presidente, es balconeada en medios de comunicación y en las redes sociales de usar el presupuesto público para comprar artículos de belleza. Las facturas, efectivamente, estaban a nombre del Tribunal, sin especificar quien las compro; pero días después, se filtró que presentaría su renuncia y hasta se consignaba ya el nombre de su suplente: Rene Osiris Sánchez Rivas.


Y en el IETAM el primer escándalo se dio con el Secretario Técnico, que renuncia y el sustituto es destituido por el INE ante su acción de esconder sus ligas con un partido político. Con este escenario, Eduardo Jesús Hernández Anguiano presenta su renuncia, alegando motivos personales y que no estaba en condiciones de llevar a puerto el barco electoral en el 2018. Por esas y otras razones es que Rigoberto Rodríguez Rangel, del PES, pide que el INE atraiga la elección local.


TRAIDORES O MEGALOMANOS.
Y en esa lucha por el poder es como, políticos de uno y otro partido, en determinadas circunstancias van de un partido político a otro. Para unos, son chapulines porque brincan de un partido a otro; para unos, son unos traidores porque abandonan el barco cuando se está hundiendo… para otros, sin embargo, son megalómanos: amantes del poder, que los atrae, los domina, son adictos a ejercerlo.


Ahí tienen a la maestra Magdalena Peraza Guerra. Fue alcaldesa de Tampico por el PAN, porque el PRI la desprecio; ahora es por el PRI y el Verde y, lo que son las cosas, se cree que pueda ser el PRI el partido que la abandere. Sin embargo, los chapulines, traidores o megalómanos son los que ahora son parte de MORENA: Erasmo González, Lalo Hernández Echevarría, Ramón Garza Barrios, Felipe Garza Narváez, Eduardo Gattas, entre otros.


VERASTEGUI: OPERACIÓN POLÍTICA.
Hasta el momento, por lo que se ve, en términos mediáticos Cesar Verástegui, el Secretario General de Gobierno, ha manejado un perfil bajo. No ha estado envuelto en tornados políticos, ni escándalos. Ante ello, lo más obvio, es decir que está haciendo bien su trabajo, precisamente, porque la gobernabilidad estatal –salvo la cuestión de la seguridad pública- no se ve amenazada. Sin embargo, no hay que olvidar que es el responsable, si, de conducir la operación política, tendiente a fortalecer a su partido y lograr que el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca trascienda el sexenio.


Francisco Elizondo e Ismael García son los operadores partidistas, son los que desarrollan la acción; pero es Verástegui el que arma, estructura, la estrategia para en la lucha por el poder, su grupo, su partido, obtenga ventajas en relación con la elección 2018: no en balde le adjudican que hay un PRI “domesticado”; pero, ojo, ¿se le puede apuntar la operación para que los órganos electorales estén a modo de los intereses de su partido? Yo, creo que sí. No tuvo problemas con el Tribunal; pero en el IETAM el INE se puso las pilas.


GASTO POLÍTICO.
Un político pobre, sin dinero, es un pobre político. Y no siempre el que gasta más es que mejor resultados obtiene. Al menos, en un corte fiscalizador del INE, aparece que José Antonio Meade, el ciudadano precandidato del PRI, es el que lleva menos eventos, pero es el que más ha gastado: 2,152331 pesos en tan solo eventos; AMLO lleva 32 y ha gastado casi una cuarta parte: solo 656,913 pesos. Anaya es el más austero: 553,458 pesos en 19 eventos.


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