sábado, 9 de septiembre de 2017

VER A LOS OJOS.

A más de un candidato a la Presidencia Municipal le he escuchado la expresión. “Quiero que al concluir mi periodos, los ciudadanos, mis vecinos, me puedan ver directamente a los ojos, porque les habré cumplido como se debe”. Palabras más, palabras menos, así es como un candidato a la presidencia municipal trata de impresionar a sus lectores, asegurándoles que no les va a fallar, que podrá mirarlos a los ojos, sin esconder la mirada.

Claro, a la distancia, es difícil meter las manos al fuego por más de un Presidente Municipal. Ya que sus acciones, a la postre, no fueron tan efectivas, eficientes y honorables, porque los reclamos y acusaciones siempre aparecen y están a la orden del día. Tal parece que no es el caso de Oscar Almaraz.

CERCANIA CON LA GENTE.
El federalismo mexicano, la forma de gobernar México, tiene sustento en el Municipio; porque es ahí, si, donde el líder y gobernante vive, convive, siente, conoce y padece los rezagos sociales, las necesidades más sentidas, las fortalezas y debilidades de la familia y su entorno. Por eso, por lo regular, quien llega a alcalde es porque tiene mejor imagen que el derrotado.

Y es, sin la menor duda, esa cercanía con la gente, el trabajo realizado, el factor principal para que en el nuevo esquema de ejercicio del poder, un alcalde –luego también los diputados-, se puedan reelegir en el cargo. Quizá por eso, hoy en día, al menos a los alcaldes del presente, los hemos visto más cercanos a la gente; y no basta con el abrazo y el saludo, no van de un lugar a otro resolviendo problemas, conociéndolos e integrando grupos de participación ciudadana.

ALMARAZ Y LA EVALUACIÓN.
Cuando Oscar Almaraz fue candidato a alcalde, prometió como todos, pero hizo el compromiso de cumplir, advirtiendo que a veces no es posible hacer todo, pero que haría, eso sí, todo lo que estuviera a su alcance para cumplir. Así, hoy en día, ya lleva 5 días recorriendo la ciudad, teniendo encuentros vecinales, para escuchar y evaluar algunas de sus obras. En cinco días se ha reunido con más de 10 mil victorenses.

Cuando inicio su gobierno todos los días se apareció ahí donde había brigadas municipales haciendo algún trabajo, desde limpieza, bacheo, recuperación de espacios públicos, y cuando había un día especial, pues festejaba con los vecinos. Hoy va a su encuentro para decirlos que ya pavimento 125 calles con concreto, que ya repuso 3600 lámparas de luz mercurial por led´s, que se adquirieron 25 camiones recolectores de basura, 20 patrullas de tránsito, entre otras cosas.


PROMOCION DE LA IMAGEN.
Todos los políticos, con más razón los gobernantes, siempre buscan promover, proyectar, su imagen pública. Los gobernantes, por ejemplo, lo hacen por etapas: 1) Al inicio le echan leña al anterior, señalando una y otra falla, omisión o corruptela, y obvio, pretendiendo decir o indicar que el no será igual; 2) Promete, ofrece, pone primeras piedras, inaugura y anuncio que ya hizo, en poco tiempo, el doble que su antecesor en 3 o 6 años… claro, son sus palabras y nada más.


En este caso, Oscar Almaraz Smer –y el resto de los alcaldes que buscan reelegirse-, no pueden promocionarse con promesas: solo cuentan los hechos. Y eso, en principio, es el punto principal, el apoyo, para buscar reelegirse, porque saben que le cumplieron a sus votantes, a la población en general. Con mentiras y engaños no es posible reelegirse, esa es, sin duda, la ganancia del esquema de la reelección: los obliga a cumplir, no  a engañar.


EL AÑO DE HIDALGO.
De manera recurrente en el último año de los Presidentes Municipales siempre se habla del año de “Hidalgo”. En palabras llanas, la expresión dice: “Este es el año de Hidalgo y chingue a su madre el que deje algo”. Por eso, la consigna del alcalde (o del gobernador) es de gastarse, se entiende, o robarse todo. La contraparte es la siguiente: llega el nuevo alcalde y el tesorero le dice: dejaron las arcas vacías, ni un quinto dejaron.


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